EL RINCON DEL ESPIRITU SANTO

EL RINCON DEL ESPIRITU SANTO

martes, 26 de julio de 2011

LOS TRIUNFADORES

A veces los triunfadores no son aquellos a los que todo el mundo aplaude y reconoce. No son los que construyeron grandes obras, dejaron constancia de su liderazgo o viajaron, en primera clase.

A veces los triunfadores no son los administradores geniales, ni los visionarios del futuro o los grandes emprendedores. Por ello, tal vez no los reconoceríamos en medio de tanto pensador, filósofo o tecnólogo, que supuestamente conducen a este mundo por la senda del progreso.

A veces el triunfador no es el negociador internacional, o el hacedor de empresas de clase mundial o el deslumbrante estadista que asiste a reuniones cumbre. No es el que se afana por exportar mucho, sino el que todavía se importa a sí mismo. Porque el triunfador puede ser también el que calladamente lucha por la justicia, aunque no sea un gran orador o un brillante diplomático.

El triunfador puede ser igualmente el que venció la ambición desmedida y no fue seducido por la vanidad o el poder. Es triunfador el que no obstante que no viajó mucho al extranjero, con frecuencia hizo travesías hacia el interior de sí mismo para dimensionar las posibilidades de su corazón. Es el que quizás nunca alzó soberbio su mano en el podium de los vencedores, pero triunfó calladamente en su familia y con sus amigos y los cercanos a su alma.

Es, quizá, el que nunca apareció en las páginas de los periódicos, pero sí en el diario de Dios; el que no recibió reconocimientos, pero siempre obtuvo el de los suyos; el que nunca escribió libros, pero sí cartas de amor a sus hijos y el que pensó en redimir a su país a través de la asfixiante aventura de su trabajo común y rutinario y aquel que prefirió la sombra, porque, finalmente, es tan importante como la luz.

A veces el triunfador no es el que tiene una esplendorosa oficina, ni una secretaria ejecutiva, ni posee tres maestrías; no hace planeación estratégica ni elabora reportes o evalúa proyectos, pero su vida tiene un sentido, hace planes con su familia, tiene tiempo para sus hijos y encuentra fascinante disfrutar de la hermosa danza de la vida.

A veces el triunfador no pasa a la historia, sino el que hace posible la historia; el que encuentra gratificante convencer y no sólo vencerá el que de una manera apacible y decidida lucha por hacer de este mundo un mejor lugar para vivir.

A veces el triunfador no tiene que ser el que construyó grandes andamiajes y estructuras administrativas, pero supo cómo construir un hogar; no es el que tiene un celular, pero platica con sus hijos, no tiene email, pero conoce y saluda a sus vecinos, no ha ido al espacio exterior, pero es capaz de ir hacia su espacio interior y sin haber realizado grandes obras arquitectónicas, supo construirse a sí mismo y fue, como dice el poeta, el cómplice de su propio destino.

A veces el triunfador suele ser Teresa de Calcuta, o Francisco de Asís o Nelson Mandela, o tal vez la enfermera callada, el obrero sencillo y el campesino olvidado, porque como personas triunfaron sobre la apatía o el desencanto y con su esfuerzo cotidiano establecieron la diferencia.

A veces el triunfador puede ser el carpintero pobre de un lugar ignorado, o una mujer sencilla de pueblo o un niño humilde que nació en un pesebre, porque no había para él lugar en la posada… (Autor: Rubén Núñez de Cáceres)

Es un triunfador aquel que puede cerrar los ojos cada noche con la tranquilidad de saber que amó, que pudo dar paz y que llevó bienestar a otros cuyas almas estaban inquietas. Es un triunfador aquel que puede encontrarse en el abrazo y en los latidos de su hijo y siente que se ahoga con esa emoción. Es un triunfador aquel que es una buena persona y que puede dejar que las malas obras sigan sin su participación intentando en silencio cambiar desde su lugar ese mundo que lastima y destruye. Es un triunfador aquel que reconoce que tiene una misión e intenta descubrirla aún cuando la oscuridad lo enceguece, aún cuando la niebla cubre su camino y no sabe si éste continúa o termina allí. Es un triunfador aquel que tiene las manos cálidas para aferrarse a la vida y el corazón abierto para dejar entrar en él a todos, aún a aquellos que pueden llegar a lastimarlo.

Es un triunfador aquel que sueña y se entrega. Es un triunfador aquel que pudo levantarse una y otra vez y que apostó a la vida una y mil veces y que dejó de lado su dolor para aliviar el dolor de quienes ama. Es un triunfador aquel que puede con los años perder el miedo al sentir que se acerca a la última estación y se alegra al leer el cartel que vislumbra ya que en él se resume su vida, su triunfo, y éste afirma: Tarea cumplida. Autor: Desconocido.

domingo, 24 de julio de 2011


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SANTISIMO SACRAMENTO DEL ALTAR


¡Oh, Santísimo Jesús, que aquí sois verdaderamente Dios escondido; concededme desear ardientemente, buscar prudentemente, conocer verdaderamente y cumplir perfectamente en alabanza, y gloria de vuestro nombre todo lo que os agrada. Ordenad, ¡oh Dios mío!, el estado de mi vida; concededme que conozca lo que de mí queréis y que lo cumpla corno es menester y conviene a mi alma. Dadme, oh Señor Dios mío, que no desfallezca entre las prosperidades y adversidades, para que ni en aquellas me ensalce, ni en éstas me abata. De ninguna cosa tenga gozo ni pena, sino de lo que lleva a Vos o aparta de Vos. A nadie desee agradar o tema desagradar sino a Vos. Séanme viles, Señor, todas las cosas transitorias y preciosas todas las eternas. Disgústeme, Señor, todo gozo sin Vos, y no ambicione cosa ninguna fuera de Vos. Séame deleitoso, Señor, cualquier trabajo por Vos, y enojoso el descanso sin Vos. Dadme, oh Dios mío, levantar a Vos mi corazón frecuente y fervorosamente, hacerlo todo con amor, tener por muerto lo que no pertenece a vuestro servicio, hacer mis obras no por rutina, sino refiriéndolas a Vos con devoción. Hacedme, oh Jesús, amor mío y mi vida, obediente sin contradicción, pobre sin rebajamiento, casto sin corrupción, paciente sin disipación, maduro sin pesadumbre, diligente sin inconstancia, temeroso de Vos sin desesperación, veraz sin doblez; haced que practique el bien sin presunción que corrija al prójimo sin soberbia, que le edifique con palabras y obras sin fingimientos. Dadme, oh Señor Dios mío, un corazón vigilante que por ningún pensamiento curioso se aparte de Vos; dadme un corazón noble que por ninguna intención siniestra se desvíe; dadme un corazón firme que por ninguna tribulación se quebrante; dadme un corazón libre que ninguna pasión violenta le domine. Otorgadme, oh Señor Dios mío, entendimiento que os conozca, diligencia que os busque, sabiduría que os halle, comportamiento que os agrade, perseverancia que confiadamente os espere, y esperanza que, finalmente, os abrace. Dadme que me aflija con vuestras penas aquí por la penitencia, y en el camino de mi vida use de vuestros beneficios por gracia, y en la patria goce de vuestras alegrías por gloria. Señor que vivís y reináis, Dios por todos los siglos de los siglos. Amén.

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CAMINO MISIONERO: evangelio misionero del día

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Oraciòn de Paz

ORACION DE PAZ
Señor, haz de mí instrumento de tu paz.
Que donde haya odio, ponga yo amor,
donde haya ofensa, ponga perdón,
donde haya duda, ponga fe,
donde haya desesperación,

ponga esperanza,
donde haya tristeza, ponga alegría,
donde haya oscuridad, ponga luz.
OH divino Maestro,

concédeme no buscar tanto
ser consolado como consolar,
ser comprendido como comprender,
ser amado como amar;
pues es dando como se recibe,
perdonando como se es perdonado,
muriendo como se resucita a la vida eterna

Oración a María Madre de la Eucaristía Primer Sagrario

Ave María, dulce Madre de la Eucaristía.
Con dolor y mucho amor, nos has dado
a tu Hijo Jesús mientras pendía de la Cruz.
Nosotros, débiles criaturas, nos aferramos a Ti
para ser hijos dignos de este
gran AMOR y DOLOR.
Ayúdanos a ser humildes y sencillos,
ayúdanos a amar a todos los hombres,
ayúdanos a vivir en la gracia
estando siempre listos para recibir
a Jesús en nuestro corazón.
Oh María, Madre de la Eucaristía,
nosotros, por cuenta propia, no podremos comprender
este gran misterio de amor.
Que obtengamos la luz del Espíritu Santo,
para que así podamos comprender
aunque sea por un solo instante,
todo el infinito amor de tu Jesús
que se entrega a Sí mismo por nosotros.
AMEN






lunes, 18 de julio de 2011



Bienvenidos - Mensajes y Imágenes!

DIOS TE BENDIGA



Religious - Mensajes y Imágenes!

Pedir los Frutos del Espiritu Santo

Espíritu de Caridad, haznos amar a Dios y a nuestros semejantes como Tú quieres que los amemos.

Espíritu de Gozo, otórganos la santa alegría, propia de los que viven en tu gracia.

Espíritu de Paz, concédenos tu paz, aquella paz que el mundo no puede dar.

Espíritu de Paciencia, enséñanos a sobrellevar las adversidades de la vida sin indagar el por qué de ellas y sin quejarnos.

Espíritu de Benignidad, haz que juzguemos y tratemos a todos con benevolencia sincera y rostro sonriente, reflejo de tu infinita suavidad.
Espíritu de Bondad, concédenos el desvivirnos por los demás, y derramar a manos llenas, cuantas obras buenas nos inspires.

Espíritu de Longanimidad, enséñanos a soportar las molestias y flaquezas de los demás, como deseamos soporten las nuestras.

Espíritu de Mansedumbre, haznos mansos y humildes de corazón, a ejemplo del Divino Corazón de Jesús, obra maestra de la creación.

Espíritu de Fe, otórganos el no vacilar en nuestra fe, y vivir siempre de acuerdo con las enseñanzas de Cristo, e iluminados por tus santas inspiraciones.

Espíritu de Modestia, enséñanos a ser recatados con nosotros mismos, a fin de no servir nunca de tentación a los demás.

Espíritu de Continencia, haznos puros y limpios en nuestra vida interior, y enérgicos en rechazar cuanto pudiera manchar el vestido blanco de la gracia.

Espíritu de Castidad, concédenos la victoria sobre nosotros mismos; haznos prudentes y castos; sobrios y mortificados; perseverantes en la oración y amantes de Ti, oh Dios del Amor hermoso.
Así sea.

Dones del Espiritu Santo

Los 7 dones del Espíritu Santo son:

Sabiduría, Inteligencia, Consejo, Fortaleza, Ciencia, Piedad y Temor de Dios



ORACIÓN PARA PEDIR LOS DONES DEL ESPÍRITU SANTO

¡Oh Espíritu Santo!, humildemente te suplico que enriquezcas mi alma con la abundacia de tus dones.

Haz que yo sepa, con el Don de la Sabiduría, apreciar en tal grado las cosas divinas, que con gozo y facilidad sepa frecuentemente prescindir de las terrenas.

Que acierte con el Don de Entendimiento, a ver con fe viva la trascendencia y belleza de la verdad cristiana.

Que, con el Don de Consejo, ponga los medios más conducentes para santificarme, perseverar y salvarme.

Que el Don de Fortaleza me haga vencer todos los obstáculos en la confesión de la fe y en el camino de salvación.

Que sepa con el Don de Ciencia, discernir claramente entre el bien y el mal, entre lo falso y lo verdadero, descubriendo los engaños del demonio, del mundo y del pecado.

Que, con el Don de Piedad, os ame como a Padre, os sirva con fervorosa devoción y sea misericordioso con el prójimo.

Finalmente, que con el Don de Temor de Dios, tenga el mayor respeto y veneración a los mandamientos divinos, cuidando con creciente delicadez de no quebrantarlos lo más mínimo.

Llenadme sobre todo, de vuestro santo amor. Que ese amor sea el móvil de toda mi vida espiritual. Que lleno de unción, sepa enseñar y hacer entender, al menos con mi ejemplo, la sublimidad de vuestra doctrina, la bondad de vuestros preceptos, la dulzura de vuestra caridad. Amén.


Oraciones al Espiritu Santo

ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

¡Oh Espíritu Santo!, alma de mi alma, te adoro; ilumíname, guíame, fortificame, consuélame, dime qué debo hacer, ordéname.

Concédeme someterme a todo lo que quieras de mí, y aceptar todo lo que permitas que me suceda. Hazme solamente conocer y cumplir tu voluntad.



SIETE VENTAJAS PRECIOSAS PARA EL QUE PROPAGA LA DEVOCIÓN AL ESPÍRITU SANTO

1ª Se crea un lazo de amor entre nuestra alma y la Tercera Persona de la Santísima Trinidad
2ª Un aumento notable de todas nuestras devociones, especialmente a la Sagrada Eucaristía, al Corazón de Jesús y a la Santísima Virgen.
3ª Una seguridad de recibir en el alma más inspiraciones del Espíritu Santo y la fuerza para ponerlas en práctica.
4ª Procurar de una manera excelente la gloria de Dios, trabajando cada día en hacer conocer y amar al Santificador de las almas.
5ª Trabajar muy especialmente por el advenimiento del reinado de Dios en el mundo, por la acción del Espíritu vivificante.
6ª Ser verdadera y prácticamente apóstol del Espíritu Santo
7ª Atraer sobre el alma auxilios espirituales del Espíritu Santo, más íntima unión con Dios por medio del Santificador, mayor progreso en la oración mental, más consuelo y hasta alegría en la hora de la muerte, después de tan sublime apostolado.

El invocar a menudo al Espíritu Santo es prenda segura de acierto en las situaciones variadas de nuestra vida.



CONSAGRACIÓN DE LA "OBRA DEL ESPÍRITU SANTO"

¡Oh Amor, centro y vida de la Trinidad Espíritu Santo!, ven a mí con tus dones y con tu Amor;me consagro totalmente a Ti para que obres en mí tu "Misterio de AMOR", el que empezaste a realizar el día de mi bautismo y que ahora quiero renovar en cada instante de mi vida.

Que tu gracia acompañe siempre todas mis acciones y las transforme en ofrenda permanente para gloria del Padre y bien de todos los hombres mis hermanos. Amen.

ESPIRITU SANTO

La devoción al Espíritu Santo es de las más excelsas y preciosas entre todas las que puede practicar el cristiano. Él es Dios, es el Santificador. Él ha de alumbrarnos, vivificarnos, guiarnos, fortalecernos, abrasarnos con el fuego del amor divino. Él nos hace santos apóstoles.



Consagración al Espíritu Santo

Recibid ¡oh Espíritu Santo!, la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser, que os hago en este día para que os dignéis ser en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida, en cada una de mis acciones, mi Director, mi Luz, mi Guía, mi Fuerza, y todo el amor de mi Corazón.

Yo me abandono sin reservas a vuestras divinas operaciones, y quiero ser siempre dócil a vuestras santas inspiraciones.

¡Oh Santo Espíritu! Dignaos formarme con María y en María, según el modelo de vuestro amado Jesús.

Gloria al Padre Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén.



ORACIÓN A MARÍA SANTÍSIMA PARA PEDIR ALGUNA GRACIA AL ESPÍRITU SANTO

¡Oh María, Hija humildísima del Padre, Madre Purísima del Hijo, Esposa amadísima del Espíritu Santo! Yo te amo y te ofrezco todo mi ser para que lo bendigas. Madre admirable, Consuelo del que llora, Abogada dulcísima de los pecadores, ten piedad de todos aquellos a quienes amo; y por tu Inmaculado Corazón, Sagrario de la Santísima Trinidad, Asiento de tu poder, Trono de Sabiduría y Piélago de bondad, alcánzanos que el Espíritu Santo forme en nuestro corazón un nido en que repose para siempre,

Alcánzame lo que con todo el fervor de mi alma te pido, por los merecimientos de Jesús y los tuyos, si es para gloria de la Trinidad Santísima y bien de mi alma, ¡Virgen Santa, Esposa del Espiritu Santo, acuérdate de que eres mi Madre! Amén.

San Miguel Arcangel

San Miguel, guerrero valiente contra el error, coloca tu Escudo de la Verdad sobre todas las naciones del mundo. Ilumina los corazones de cada líder de gobierno para que vean las formas en que Satanás está separando a la Humanidad de la Voluntad de Dios.

Con tu Espada de la Verdad, otorga a toda la gente la luz para entender que toda vida humana es la preciosa creación de Dios y que nunca se debe destruir. No permitas que se legisle ninguna ley que apoye y proteja al pecado.

Con tu Espada y tu Escudo de la Verdad, coloca a Dios en el centro de todos los corazones y como el Líder de todas las naciones. Amén.

San Miguel desciende en una llama grande que luego desaparece. Dice: “Alabado sea Jesús.”